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domingo, 18 de mayo de 2014

La situación del periodismo ambiental

13:03

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Cada vez con mayor frecuencia, hoy día los medios de comunicación, globalmente hablando, dedican una sección especial al acontecer natural. Parece que en la medida en que temas como el calentamiento global y el cambio climático empiezan a hacerse más evidentes ante los ojos de la sociedad, los medios de comunicación necesitan realizar coberturas sobre esas temáticas. Si éstas se realizan adecuadamente o no es una cuestión que suscita un profundo debate, pero lo que sí es cierto, es que es evidente el auge reciente de una rama del periodismo anteriormente poco trabajada: el periodismo ambiental. Sin embargo, este auge no es el reflejo de la situación local. Este breve análisis pretende poner en común el concepto de periodismo ambiental, así como su trascendencia en la sociedad y la situación que se presenta localmente.
     En primera instancia, conviene rescatar algunas definiciones sobre el tema. Para Víctor L. Bacchetta, periodista uruguayo, el periodismo ambiental es “el tratamiento a través de los medios de comunicación de los temas relacionados con el medio ambiente”. Por su parte, Rogelio Fernández Reyes en su artículo Periodismo ambiental y periodismo sostenible, cita a su homónimo Fernández, quien ofrece una definición más amplia al respecto. Para éste, el periodismo ambiental es “el ejercicio o periodismo especializado que atiende la información generada por la interacción del hombre o de los seres vivos con su entorno, o del entorno en sí”. La pieza central de estas dos definiciones es, desde luego, el medio ambiente, pero, como afirma Fernández, la participación humana en cuestiones de esta naturaleza hace del periodismo ambiental, una disciplina aún más trascendente en términos sociales.
     Para Bacchetta, el periodista ambiental tiene que encajar dentro de un perfil muy específico, pues esta disciplina tiene ciertas características que no tienen otras ramas del periodismo: “es periodismo de investigación, es una forma de periodismo científico, es a la vez educativo y pedagógico, es consciente de cumplir con una responsabilidad social específica, y, debe ejercerse con profesionalismo, objetividad y responsabilidad, sin confundirlo con la militancia ecologista”. El autor sostiene que cualquier periodista puede realizar una cobertura informativa de tintes ambientales. Sin embargo, ese hecho no es por sí mismo, afirma, periodismo ambiental. Si la información va más allá de la noticia del momento, considera, entonces se trata de auténtico periodismo ambiental. Para este autor, la pregunta más importante que debe responder el profesional de la comunicación dedicado a estos temas es por qué. La razón es que, dada la tendencia generalizada de explicar una crisis ambiental como un accidente, el periodista ambiental tiene que indagar el origen y las causas reales de la situación. Bacchetta considera que éste debe ser capaz de ofrecer al lector pistas que le permitan comprender la historia, el origen y la evolución del fenómeno natural en cuestión. Además, debe poder identificar las distintas variables y actores que intervienen en el suceso.
     En términos de trascendencia social, el periodismo ambiental es una disciplina ampliamente contributiva por su naturaleza pedagógica. El periodista Rudy Oñate, en una ponencia presentada ante el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) afirma que el periodismo ambiental tiene, por lo menos, seis aspectos que lo hacen importante para la sociedad. En primer lugar, el autor señala la “rigurosidad y cuestionamiento permanente en la temática ambiental”. Ello implica que el periodismo ambiental logra evitar la apatía y el desdén con relación a los asuntos ambientales que, desde luego, a todos conciernen. En segundo lugar, Oñate hace referencia a una mezcla de información con carácter noticioso pero que a la vez tiene un afán educativo. Así, esta actividad supone una forma de educación diferente de la tradicional, que, si bien no es formal, por lo menos contribuye en términos similares al desarrollo de una conciencia crítica, producto de la sistematización de conocimientos. En tercer lugar, el ponente considera que este tipo de periodismo no subestima al lector o receptor de la información. Al respecto, Bacchetta señala que “la no subestimación del lector es un principio que debemos asumir como ciudadanos y como periodistas (…) es la conciencia de que la solución de los problemas ambientales depende de la participación de las personas y las comunidades afectadas”. En cuarto lugar, Oñate considera que la rama propicia una conciencia ambiental. Considerando que el periodismo por naturaleza trabaja con información valiosa para las personas, este punto de vista supone que, si como valor agregado se tienen cuestiones que a todos afectan directamente, al periodismo ambiental le es más fácil concientizar a las personas. En quinto lugar, Oñate señala que esta disciplina permite crear una ciudadanía ambiental, y, por último, fomentar un cambio cultural. Este cambio cultural ocurre en función del carácter pedagógico, de sus características de concientización y de la consciencia crítica que supone el hecho de cuestionar permanentemente la temática ambiental.
     Por su parte, autores de la Universidad de Sotavento, campus Villa Hermosa, consideran que los siguientes supuestos aplican al periodismo ambiental. Primero, que éste pone en evidencia problemas científicos, socioculturales y económicos. Segundo, que la sociedad demanda información ambiental que la prensa no satisface. Tercero, que existen posiciones que oscurecen la labor del periodismo ambiental, como el catastrofismo y el sensacionalismo. Para ellos, el interés periodístico de esta rama se puede resumir en los siguientes dos puntos: las noticias ambientales “brindan conocimiento, proponen alternativas, producen sentimientos, conducen a acciones y proporcionan un marco para tomar decisiones”, y “no hay algo que ataña más al ser humano que el medio ambiente, pues es de ahí de donde surge su medio de vida”.
     Si bien es cierto que cumple una enorme función dentro de la sociedad, al crear conciencia, delimitar un marco para tomar decisiones, educar y cuestionar, el periodismo ambiental, actualmente, se enfrenta a diversos obstáculos que merman estas anteriores características. Rudy Oñate encuentra siete. Una de las dificultades más evidentes son los conflictos de intereses generados entre la parte periodística y la parte involucrada en la información ambiental. La naturaleza de empresas de los periódicos, canales de televisión, estaciones de radio e incluso medios electrónicos los obliga a poner en la balanza la información y el interés económico o político. Es difícil que una empresa periodística pueda desvincularse de su condición de agente económico al realizar ciertas coberturas que afecten sus intereses. Para el autor, la segunda dificultad es la falta de espacios para hablar del medio ambiente. Esto es especialmente cierto si se toma en cuenta la tendencia de mercantilización de la información: a las noticias que no venden no se les da gran espacio en el medio. En tercer lugar, el periodista afirma que la falta de interés político de los medios dificulta las labores del periodista ambiental, en cuarto, que la carencia de continuidad en los temas provoca que se pierda el interés, en quinto, que los medios no dedican suficiente tiempo para capacitar a sus trabajadores en temas ambientales, en sexto, que no ofrecen los medios necesarios para investigar, por lo que el apoyo es casi nulo. Por último, el autor refiere que la banalización de la información contribuye a que la gente no se interese por las cuestiones del entorno que le rodea. Este último punto está íntimamente vinculado con la perspectiva comercial de la información, que considera a las noticias como capitalizables, en lugar de verlas como piezas generadoras de discusión, reflexión y consciencia.
     En Ciudad Juárez, el periodismo ambiental está en su fase piloto, pues es evidente que en esta ciudad no se cumplen las características que señalan los anteriores autores. Sin embargo, esta situación no es exclusiva de la localidad, y me atrevo a decir que tampoco tienen gran responsabilidad los propios reporteros, sino que, en general, el periodismo ambiental apenas inicia. Al respecto, Bacchetta afirma lo siguiente:
En América Latina y el Caribe existe todavía un desarrollo incipiente del periodismo ambiental. La escasa importancia, unida al tratamiento superficial, de los problemas ambientales por la gran prensa de la región es una de las causas de esa situación. A esto se le agrega la falta de preparación de los periodistas y la ausencia de la temática ambiental en las escuelas y facultades con cursos de periodismo.

     Mucho de lo que afirma el autor es cierto en el caso de Ciudad Juárez. La cobertura informativa que se le da a los sucesos ambientales es escasa en términos de calidad y variedad. En general, los medios son espejos de las fuentes oficiales, no existe una profunda investigación como plantean los autores que debe existir, y tampoco se le dedica gran espacio al género. Por otra parte, también es cierto que las facultades de periodismo y comunicación, salvo la de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, incluyen en sus planes de estudio asignaturas relacionadas con el medio ambiente. En este panorama, es comprensible que el periodismo ambiental no se haya desarrollado localmente como en otros países y medios ha ocurrido. Por ejemplo, mientras que las dos grandes casas editoriales de la ciudad no cuentan con una sección especializada en temas ambientales, en el Reino Unido, el periódico The Guardian dedica un apartado para hablar exclusivamente del entorno. Si bien la comparación puede ser un tanto injusta, considerando que el último está más desarrollado que estos dos medios locales, en ella se evidencian dos cosas. En primer lugar, la falta de interés o desdén de los medios, y en segunda, que los ciudadanos no exigimos que se publiquen noticias sobre nuestro entorno, quizá porque no tenemos la cultura que se requiere para hacerlo. Tal vez cuando las escuelas de todos los niveles realicen esfuerzos suficientes para crear tal cultura, los ciudadanos estaremos interesados en el medio ambiente y exigiremos a los medios de comunicación tales coberturas.




Referencias

Fernández Reyes, R., (2004). Periodismo ambiental y periodismo sostenible. Revista ámbitos. Disponible en http://grupo.us.es/grehcco/ambitos11-12/reyes.pdf

Bacchetta, V. (2002). Perfil del periodista ambiental. Sala de prensa, web para profesionales de la comunicación iberoamericanos. Disponible en http://www.saladeprensa.org/art340.htm

Oñate, R. (2010). ¿Qué es el periodismo ambiental? PNUMA. Disponible en http://www.saladeprensa.org/art340.htm

Fernando Aguilar Carranza
18 de mayo de 2014


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