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sábado, 10 de mayo de 2014

La ética ambiental en México y Centroamérica

11:00

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    La ética ambiental es una responsabilidad social del hombre con la naturaleza, no sólo como los valores y normas del ser humano, sino aplicada a su interacción con todos los seres vivos y a su supervivencia. La que evidentemente esta en entre dicho si la actitud de tirar desperdicios con descuido en playas, calles, ríos, entre muchos otros, no es modificada y se comienza a valorar el ambiente como habitad y como parte de la responsabilidad social de cada uno de los ciudadanos.
    El medio ambiente en México ha adquirido una gran importancia, debido a la riqueza de los recursos naturales, lo cual demanda un desarrollo de políticas hacia la conservación, prevención y uso racional de estos recursos.
    Estas políticas pueden contribuir a construir e impulsar una estrategia de desarrollo sustentable pertinente y factible que tienda a mejorar el equilibrio entre el desarrollo y la naturaleza, asi como las condiciones de vida.
    En 1948 la UNESCO analiza el contenido de los temas ambientales en el ámbito escolar. Desde finales de los sesenta estas experiencias inician con un fuerte tinte conservacionista, impulsado por la creciente conciencia del deterioro ambiental. El Reino Unido, Escandinavia y Francia son pioneros de este movimiento; las innovaciones fueron viajes de campo y otras actividades que propiciaban el contacto con la naturaleza. Este movimiento dio origen a organismos institucionales como el Council for Environmental Education en el Reino Unido, que intenta coordinar las actividades.
    En México, las políticas nacionales retoman los propósitos de la educación ambiental de la Conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972, donde se enfatiza a la educación como base de la política ambiental, y los Postulados de Tbilisi, Georgia en 1977, que establecieron pautas de acción y prioridades para el futuro.
    A finales de 1992, en el Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental celebrado en la ciudad de Guadalajara, México, se hace un balance importante de muchas experiencias y logros de estas naciones. Durante esta década, en general, se desarrollaron en el país proyectos orientados a fortalecer los aspectos ambientales dentro de la currícula oficial.
Dentro de las corrientes filosóficas de la ética ambiental sobresalen dos: La corriente antropocéntrica y la biocentrica.
    La corriente antropocéntrica se caracteriza por tomar en cuenta el agudo deterioro del medio ambiente en función de las consecuencias que tiene las condiciones de vida del hombre y no por los efectos depredadores que ha experimentado la misma naturaleza, los cuales ponen en riesgo su proceso de renovación.
    Esta ética se califica de antropocéntrica porque la reflexión moral que realiza del medio ambiente gira al hombre, el cual desde su perspectiva requiere de condiciones ambientales favorables para el logro de su supervivencia, bienestar y desarrollo.
    La propuesta principal de la ética antropocéntrica es que la relación del hombre con la naturaleza debe estar regulada por el deber ético de cuidar y preservar el entorno natural para asegurar el futuro desarrollo del hombre y de la sociedad.
    Esta visión antropocéntrica de la naturaleza tiene consecuencias también en la convivencia social de los hombres, puesto que la relación de poder que se establece con la naturaleza se reproduce tanto a nivel de las relaciones de los hombres entre sí, como de unos países con otros, lo que ha traído como consecuencia que el deterioro ambiental impacte más en las condiciones de vida de los países en desarrollo, en los cuales la crisis ambiental está asociada con el crecimiento de la marginación y la pobreza.
    La otra corriente sobresaliente de la ética ambiental es la biocentrica, la cual parte de considerar al hombre como un miembro más de la comunidad biosfera y no como un ser superior a las otras especies. Con ello, a la vez que coloca al hombre en su verdadero lugar y sitio en el hábitat, establece que comparte el destino común con las otras especies y elementos de la Tierra en tanto que forma parte de la totalidad de ese sistema.
    Esta visión es posible gracias a los avances de la ciencia, en especial la teoría de la evolución de Darwin, la cual contribuyó a concebir que la especie humana es sólo una más del conjunto de seres que habitan la comunidad Tierra. La visión biocéntrica del hombre parte de este reconocimiento para establecer la identidad y el destino común que tiene el hombre con el resto de las especies.
    Esta perspectiva rompe entonces con la posición de dominio del hombre sobre la naturaleza basada en una relación jerárquica que sitúa al hombre en la cúspide y le otorga privilegios. Sus propuestas éticas incluyen el respeto y la consideración moral para con la naturaleza, no considerando sólo la supervivencia del hombre, sino tomando en cuenta la totalidad de seres y elementos que integran a la biosfera.
    En 1977 la Liga Internacional de los Derechos del Animal adoptó una declaración que fue luego aprobada por la UNESCO y por la Asamblea General de la ONU.
Esta declaración parte de la idea de que todo animal posee derechos y, en particular, derecho a la existencia, derecho al respeto, a la atención, a los cuidados y a la protección por parte del ser humano. La Declaración propugna que ningún animal sea sometido a malos tratos ni a actos crueles; que si la muerte de un animal es necesaria, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia; que todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural. Se opone a la experimentación con animales que implique un sufrimiento físico o psicológico, aunque esa experimentación tenga fines médicos, científicos o comerciales. Denuncia la cría de animales para la alimentación en condiciones dolorosas y de sufrimiento. Amplía incluso el concepto de genocidio incluyendo en él la muerte de un gran número de animales salvajes.
    La controversia que existe con la línea de pensamiento antropocéntrica es que  dice que ningún ser no humano merece respeto moral y el biocentrismo moral fuerte niega que puedan establecerse distinciones de ningún tipo entre el respeto moral que merecen diferentes clases de ser vivos. Estas dos posiciones se oponen radicalmente, desde el punto de vista moral es más condenable matar por capricho una mariposa que matar a otro humano en defensa propia. No parece haber contradicción, en cambio, entre defender un antropocentrismo moral débil y un biocentrismo moral débil en el sentido de defender que todo ser vivo merece respeto moral, pero unos seres vivos más que otros (los animales más evolucionados y con capacidades más ricas merecen más respeto moral que los animales menos complejos). Esta última distinción se basaría en el reconocimiento de que hay diferencias de base, entre especies, en la capacidad de sentir y sufrir.
    Algunas derivaciones del biocentrismo son: Preservar la mayor cantidad posible de hábitats naturales mediante el establecimiento de grandes parques nacionales y reservas terrestres y acuáticas, prohibir la caza deportiva, reducir y limitar severamente la pesca, garantizar que los animales salvajes deben ser transportados y matados sin dolor, garantizar el respeto a los animales de compañía y en caso de enfermedad o accidente grave, su eutanasia y por ultimo limitar la experimentación con animales en la industria química, farmacéutica, militar, cosmética y alimentaria y prohibir aquélla en que es evidente que la muerte de los mismos se produce con sufrimientos, a veces atroces.
    Sin embargo la conmiseración que muestran Singer y Regan por el sufrimiento de algunos animales soslaya completamente a las especies inferiores y tampoco se hace cargo de del hecho de que la peor parte de la crisis ambiental, en realidad se la han llevado las plantas.
Cuando se pongan en claro las características básicas de la actitud de respeto a la naturaleza, se verá que un sistema biocentrico de ética ambiental no tiene que ser holista u organicista en su concepción del tipo de entidades que se consideren como como los objetos a los que se dirigen el interés y la consideración de morales.
    Tal sistema tampoco requiere que los conceptos de homeostasis, integridad, y equilibrio ecológico nos proporcionen principios normativos de los cuales puedan derivarse, las obligaciones que tenemos con los ecosistemas naturales.
   Durante el primer foro de expertos sobre ética, calidad y transparencia en la evaluación ambiental realizado en Costa Rica el 30 de junio del 2006, se buscó la creación de un código de ética para los gestores ambientales en Centroamérica.
    Durante este foro también se establecieron una serie de condiciones como: Que se genere un proceso que asegure el cumplimiento de las normas locales, incluyendo las relacionadas con el manejo de desechos sólidos, reciclaje y la eliminación de desechos peligrosos.
    Un código que gestione el proceso de entes que se responsabilicen dentro de cada empresa, negocio o comunidad con el cumplimiento en materia ambiental y con la capacitación adecuada en temas de asuntos ambientales. Generar responsabilidad en los medios de comunicación masiva ante iniciativas que permitan la creación de conciencia en la ciudadanía, permitiendo el desarrollo de micros donde se contribuya a la proliferación de los valores éticos ambientales.

    También se hablo acerca de implementar en los centros educativos el amor por el medio ambiente a niños y niñas y por último el de fomentar el trabajo honesto y responsable hacia la solución de los problemas de deterioro ambiental, con el objeto de proteger la salud y fomentar el bienestar de la población.

Yuriel Anchondo

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